Académico de la Escuela de Agricultura de la PUCV llevará a cabo estudio que servirá de base para fruticultores del país.
Encontrar una forma de identificar la fecha de floración de los árboles de cerezos ante las posibles incidencias del cambio climático, es el objetivo de una investigación realizada por académicos de la Escuela de agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
“Improving two-phase phenology models to forecast bloom in sweet cherry trees under future climate scenarios” (“Mejora de los modelos fenológicos de dos fases para pronosticar la floración de los cerezos en escenarios climáticos futuros”) es el nombre de dicho proyecto Fondecyt 2024, adjudicado por el profesor Eduardo Fernández.
“Los árboles frutales de hoja caduca pasan su período de invierno en receso, es decir sin hojas. Por lo mismo una etapa importante para la industria de los cerezos es saber cuándo los árboles van a florecer, ya que les permite a los fruticultores programar ciertas herramientas como la aplicación de foliares, polinización o fechas de contratación de personal para la cosecha”, afirmó Fernández.
El docente de la Escuela de Agronomía de la PUCV agregó que “el cambio climático ha hecho que la fecha de floración de los árboles caducos varíe a lo largo de las décadas, por lo que ahora queremos saber de qué forma podemos predecir ese evento y anticiparnos a los cambios de temperatura que existirán en el futuro”.
Según Fernández, la elección de este árbol para la realización de su estudio no es una casualidad. “El cerezo es una de las especies más cultivadas actualmente en nuestro país en lo que respecta a frutales de clima temperado. Chile se posiciona como el primer exportador a nivel mundial en la materia, por lo que se transforma en una actividad económica muy relevante para la industria frutícola del país”, detalló el investigador.
Fernández explicó que el desarrollo del proyecto será implementado en numerosos huertos a nivel nacional. “Para las diversas actividades que se implementarán en el proyecto, establecí contacto con cerca de 40 huertos fruticultores y también con asesores y centros de investigación relacionados con el tema. La idea es formar una estrategia de colaboración con ellos para que los resultados puedan ser directamente aplicables a sus huertos”, detalló el investigador.