Factores de riesgo como altos niveles de azúcar en la sangre; presión arterial elevada y diabetes prolongada, pueden producir esta enfermedad.
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Visión borrosa, manchas oscuras en el área de la vista y mala visión nocturna son los principales síntomas a los que hay que estar atentos. Especialistas llaman a los pacientes diabéticos a controlar su salud visual al menos una vez al año.
En Chile se estima que 12.3% de la población tiene diabetes tipo 2, el equivalente a unas dos millones de personas. De acuerdo con el Ministerio de Salud, entre el 24% y 28% de este grupo presenta retinopatía diabética, la segunda causa de ceguera permanente en personas en edad laboral en el país.
La retinopatía diabética se produce cuando se bloquea el paso de sangre a ciertas partes de la retina, producto de factores como altos niveles de azúcar en la sangre, presión arterial y niveles de colesterol elevados y diabetes prolongada.
Jorge Orellana, oftalmólogo y Presidente de la Sociedad Chilena de Retina y Vitreo (Sochirev), explica que “una persona con retinopatía diabética pierde la vista de manera gradual. Ve mal en la noche, le cuesta identificar los colores y tiene manchas o zonas oscuras en el área de visión. Si se presenta uno o más de estos síntomas, debe consultar con un especialista para evitar que la enfermedad avance y provoque la ceguera irreversible”.
Según la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera, en nuestro país cerca de un millón de personas tiene alguna deficiencia visual, de las cuales, 50 mil son ciegas. Para evitar que esta cifra aumente, se recomienda que los pacientes diabéticos controlen su salud visual al menos una vez al año, ya que la ceguera se puede evitar en el 80% de los casos si la retinopatía diabética se detecta en una etapa temprana.
El especialista cuenta que “el impacto en la vida cotidiana de quienes pierden la visión es considerable; dificulta tareas cotidianas como leer, caminar y cocinar, entre otras. También puede desencadenar problemas de salud mental como depresión, aislamiento social y sensación de disminución del control de su vida, entre otros, por eso el llamado es a realizarse controles preventivos de forma periódica”.
La detección de la retinopatía diabética se realiza a través de un examen de fondo de ojo, que permite identificar las lesiones y definir, por parte de un oftalmólogo, el mejor tratamiento para el paciente.