Karen Caro, académica de la carrera de Enfermería UNAB, sede Viña del Mar.
El descubrimiento de los antibióticos resultó ser de gran ayuda en la medicina moderna para combatir enfermedades provocadas por las bacterias. Las bacterias conviven a diario con el ser humano, incluso en nuestro interior, siendo la mayoría de estas beneficiosas. Sin embargo, algunas de ellas al cambiar de hábitat o al generar toxinas, pueden provocar graves enfermedades, pudiendo llevar incluso a la muerte. Estos microorganismos, tienen la capacidad de multiplicarse rápidamente y de adaptarse fácilmente a cambios bruscos y/o violentos.
Los Antibióticos, son medicamentos que, al llegar a tener contacto con una bacteria, destruyen su pared celular, evita que se reproduzca. Existen distintos tipos de antibióticos, de acuerdo con la naturaleza de la bacteria será la elección del médico para prescribir alguno de ellos. Estos, han sido estudiados e investigados previo a su uso y comercialización, entregando información como sus propiedades, dosis y tiempo de acción necesarias para cumplir el objetivo y no provocar un daño secundario. Sin embargo, a pesar de esto y la exigencia de un profesional que lo indique, las personas por desconocimiento o irresponsabilidad hacen uso incorrecto de ellos.
Hay personas que inician una terapia antibiótica prescrita y al sentirse bien la abandonan sin cumplir el 100% de la dosis y/o los días de tratamiento indicados, provocando que las bacterias no sean eliminadas en su totalidad y tengan la facilidad de volver a provocar el problema de salud anterior o generar uno nuevo o más grave. Algunas personas pueden consumir antibióticos frente a la aparición de síntomas que muchas veces son causados por virus, estos microorganismos son totalmente diferentes a las bacterias y no son afectados por los antibióticos. En estos casos, el antibiótico, finalmente termina atacando bacterias inofensivas y beneficiosas de nuestro organismo, causando que estas muten (obtengan propiedades de resistencia al antibiótico) o generen un ambiente propicio para que bacterias patógenas sustituyan a las inofensivas.
Recomendar este tipo de fármacos sin una indicación médica, también es un acto irresponsable, los antibióticos, como todos los medicamentos, tienen efectos secundarios y estos pueden generar un problema de salud aún más grave dependiendo de las características de la persona o sus antecedentes de salud.
Todo lo anterior, de no frenarse, podría provocar que las infecciones comunes volvieran a ser potencialmente mortales generando un gran problema para la salud de la población (OMS, 2020). Por lo que, para los profesionales de salud, específicamente de Enfermería, es de gran importancia aportar a la concientización sobre el uso de los antibióticos a través de la educación, promoción del correcto uso, prevención de infecciones y aportando a la investigación para la generación de evidencia científica.