La actuación del comediante venezolano George Harris en el Festival de Viña del Mar se convirtió en un evento controversial debido a la fuerte reacción del público. El humorista fue abucheado y objeto de pifias, pero al mismo tiempo, recibió el apoyo incondicional de sus compatriotas que acudieron masivamente a la Quinta Vergara. Esta situación, que generó desconcentración en Harris, afectó notablemente su performance, lo que agravó la tensión en el escenario.
Aunque algunos han acusado al público chileno de xenofobia, considero que detrás de los abucheos no hubo una motivación ajena a la crítica estrictamente relacionada con el espectáculo brindado. Es común que humoristas, tanto chilenos como extranjeros, enfrenten el rechazo de un público exigente en Viña del Mar. El “monstruo”, como se conoce a esta audiencia, ha mostrado en ocasiones su desaprobación incluso hacia comediantes locales, dejando claro que no se trata de un problema de nacionalidad, sino de una rutina que no logró conectar con el público.
Por otro lado, es importante destacar que humoristas de otros países latinoamericanos, como el boliviano Sandy o el argentino Jorge Alis, han triunfado en la Quinta Vergara al adaptar su humor a la idiosincrasia chilena. La clave del éxito radica en interpretar correctamente las preferencias del público y ajustar las rutinas a su contexto cultural.
En definitiva, el humor es un reflejo de la idiosincrasia de cada pueblo y no siempre logra trascender esas fronteras. Lo ocurrido con George Harris no debe interpretarse como un acto de xenofobia, sino como una mala apuesta de la organización y la incapacidad del artista para adaptarse a las expectativas de un público exigente.
Evelyn Vicencio
Académica Facultad de Derecho U. Andrés Bello, sede Viña del Mar
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