Ricardo Durán, académico de la Carrera de Ingeniería Comercial de UDLA Sede Viña del Mar, dice que “es sabido que marzo es un mes complejo por todos los gastos que las familias tienen, donde la adquisición de uniformes y útiles escolares implica una carga económica importante. “Diversos estudios indican que los chilenos gastan un poco más de $200.000 en útiles, uniformes y libros escolares, cifra que dependerá de dónde sean adquiridos estos productos, de los requerimientos específicos de los establecimientos, así como de las preferencias de los consumidores”.
Sin embargo, comenta que con una planificación anticipada y realizando compras estratégicas es posible marcar la diferencia en el presupuesto de cada hogar para sobrellevar la mochila más pesada de marzo.
Considerar el presupuesto real con que se cuenta evitando endeudarse. Si esta última es la única opción, se sugiere comprar a precio contado sin interés y no usar líneas de crédito o avances en efectivo que tienen tasas de interés elevadas.
Planificar en qué momento se puede hacer el gasto, considerando las fechas de pagos de sueldos y la aparición de ofertas en el mercado.
No dejar las compras para última hora, ya que, si bien es posible encontrar buenas ofertas al llegar marzo, la cercanía a clases y la menor disponibilidad de productos pueden llevar a comprar a la rápida y más caro.
Cotizar y comparar los precios de manera online en las diferentes páginas de las grandes tiendas previo a ir físicamente a estas. Si se prefiere ir a tiendas más pequeñas, se recomienda recorrer varias para encontrar buenas ofertas.
Ojalá no comprar la lista completa de una vez, ya que es altamente probable que no se utilice todo en el año escolar. Asimismo, no comprar los uniformes de una talla tan justa ya que los niños están en constante crecimiento.
Es importante recordar que los colegios no pueden obligar a comprar marcas específicas de productos, uniformes o libros.
Buscar un equilibrio entre durabilidad y precio. Se recomienda que el vestuario o calzado sean de mejor calidad para así reducir el riesgo de tener que comprar nuevamente.
Los uniformes vienen con garantías por parte de las tiendas ante la posibilidad que tenga fallas o sean de mala calidad, por lo que estas tienen la obligación de responder. En caso de lo contrario, se debe realizar la denuncia respectiva en el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).
Se recomienda comprar en lugares establecidos y no en ferias o la vía pública, ya que no hay garantía alguna de lo que se adquirió.
Fijarse en los etiquetados de los productos, que se indique que no es tóxico o que tiene permisos sanitarios para ser comercializado en nuestro país.
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