En los últimos años, Chile ha experimentado un aumento significativo en el desempleo, un fenómeno que ha afectado de manera particular a las personas mayores de 55 años. Este grupo demográfico, que tradicionalmente ha sido considerado una fuente de experiencia y conocimiento en el mercado laboral, se enfrenta a desafíos únicos que no solo impactan su bienestar personal, sino también el ecosistema emprendedor del país.
El desempleo en personas mayores de 55 años ha crecido en parte debido a la transformación del mercado laboral, que exige habilidades tecnológicas y adaptabilidad. Muchos trabajadores de esta franja etaria se encuentran en desventaja, ya que su formación y experiencia pueden no alinearse con las nuevas demandas del mercado. Además, la percepción de que los trabajadores mayores son menos productivos o dispuestos a adaptarse a cambios puede llevar a una discriminación laboral que agrava este problema. Cuando una persona mayor de 55 pierde su empleo es mucho más difícil poder incorporarse al mercado laboral. Hoy en Chile 7 de cada 10 desempleados mayores de 55 años cree que no podrá volver a trabajar nunca más. Además, hoy se demora 8 meses una persona de 55 años o más en encontrar un empleo. A su vez, 1 de cada 5 personas mayor de 55 años está en desempleo de alta duración, es decir, más de 1 año buscando trabajo. De hecho, la tasa de ocupación de este segmento es el que más cae de todos los segmentos del mercado laboral.
El aumento del desempleo en este grupo etario tiene un impacto directo en el emprendimiento en Chile. Por un lado, la falta de oportunidades laborales puede incentivar a las personas mayores a buscar alternativas mediante el autoempleo y la creación de pequeñas empresas. Este fenómeno, conocido como “emprendimiento por necesidad”, surge como una respuesta a la necesidad de ingresos y a la falta de opciones en el mercado laboral.
Sin embargo, emprender no es un camino sencillo. Las personas mayores pueden enfrentar obstáculos adicionales, como la falta de acceso a financiamiento, la falta de redes de apoyo y la escasa familiaridad con las herramientas digitales necesarias para gestionar un negocio en la actualidad. A menudo, las iniciativas de emprendimiento de este grupo no reciben la misma atención o apoyo que las de los jóvenes emprendedores, lo que limita su potencial de éxito.
A pesar de los retos, el emprendimiento también presenta oportunidades valiosas para las personas mayores de 55 años. Su experiencia acumulada y su conocimiento del mercado pueden ser activos importantes en la creación de negocios. Además, hay un creciente reconocimiento de la importancia de la diversidad etaria en el emprendimiento, lo que ha llevado a la creación de programas y políticas que buscan apoyar a los emprendedores mayores.
Iniciativas gubernamentales y de organizaciones no gubernamentales están comenzando a enfocarse en este segmento de la población, ofreciendo capacitaciones, acceso a financiamiento y redes de mentoría. Estas acciones pueden ayudar a transformar el desempleo en una oportunidad para que las personas mayores contribuyan al desarrollo económico del país a través de sus propios emprendimientos.
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