Dr. Felipe Oelckers Aljaro, director de Ingeniería Comercial UNAB, Sede Viña del Mar.
A más de diez días del sistema frontal, aún hay miles de hogares sin energía eléctrica en la Región Metropolitana. De paso esto afectó a muchos pequeños negocios, emprendimientos y pymes. Para muchos de ellos, especialmente aquellos en sectores como la manufactura o la alimentación, un corte de energía puede detener completamente la producción. Esto no solo afecta la capacidad de cumplir con los pedidos, sino que también puede resultar en pérdidas económicas significativas.
En negocios que dependen de la refrigeración, como supermercados o restaurantes, un corte de energía puede llevar a la pérdida de productos perecederos. Esto no solo implica un costo directo por la mercancía perdida, sino que también puede afectar la confianza del cliente y la reputación del negocio.
Asimismo, la necesidad de recurrir a generadores de energía o a otras fuentes alternativas puede incrementar los costos operativos. La ineficiencia en los procesos debido a la falta de energía puede resultar en un uso más elevado de recursos, aumentando aún más los gastos.
La falta de energía puede resultar en una disminución de la productividad de los empleados, ya que se ven obligados a detener sus labores. Esto puede generar retrasos en proyectos y en la entrega de servicios, afectando la satisfacción del cliente.
Un corte de energía puede interrumpir las comunicaciones, tanto internas como externas. Esto puede dificultar la coordinación entre equipos, la atención al cliente y la gestión de crisis, lo que puede agravar la situación.
En algunos casos, la falta de energía puede comprometer la seguridad del local, especialmente si hay sistemas de alarma o de monitoreo que dependen de la electricidad. Esto puede hacer que el negocio sea más vulnerable a robos o vandalismo.
Sin lugar a duda, la incertidumbre y el estrés provocados por cortes de energía frecuentes pueden afectar la moral de los empleados. Un ambiente de trabajo inestable puede llevar a una disminución en la motivación y en el rendimiento del equipo.
A largo plazo, los temporales y los cortes de energía pueden impulsar a los emprendedores a buscar soluciones más sostenibles, como invertir en energías renovables o en sistemas de respaldo. Esto puede fomentar la innovación y la resiliencia en el negocio. La experiencia de enfrentar cortes de energía puede motivar a los emprendedores a desarrollar planes de contingencia más robustos. La capacidad de adaptarse a situaciones adversas puede ser un factor diferenciador en el éxito a largo plazo de un emprendimiento.
En conclusión, el impacto del corte de energía durante temporales es multifacético y puede tener repercusiones significativas en la operación de un emprendimiento. La preparación y la adaptación son clave para mitigar estos efectos y asegurar la continuidad del negocio en tiempos de crisis.