¿Qué lecciones puede sacar el mundo laboral de las grandes competencias deportivas del mundo? A días de que comiencen los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) y Paralímpicos y a poco de que terminaron la Copa América y la Eurocopa, existen similitudes entre los equipos que disputan las medallas y los profesionales y empresas del mundo laboral.
En el afán de conquistar un lugar en el podio, el valor de cada deportista es fundamental. Al igual que el de quienes trabajan desde la etapa de detección de talentos, pasando por los entrenadores y todo aquél que participa del trabajo mancomunado para el logro de ese objetivo. En definitiva, un trabajo en equipo.
Trasladando este ejemplo de lo que significa competir al máximo nivel deportivo, podemos entonces dimensionar la influencia del capital humano en el ámbito laboral. Y también identificar algunos roles, desde los entrenadores hasta la estrella del equipo.
Convocando para ganar
Identificar, convocar y preparar deportistas para cada disciplina de los JJ.OO., es un proceso clave. Asimismo, en el entorno empresarial, la contratación de talentos debe abordarse con la misma mirada estratégica que tienen los equipos que participan en este tipo de competencias, ya que la formación y mantenimiento de un equipo formado por profesionales competentes es fundamental para la prosperidad del negocio, así como para el fortalecimiento de la empresa como marca empleadora.
“Crear un equipo ganador sólo es posible si logras reunir al talento adecuado y se lo involucra en la consecución de objetivos comunes. En entornos dinámicos, cuando están presentes las cualificaciones, las cualidades y el impulso individual, se producen sinergias. Los equipos excepcionales atraen a profesionales de alto rendimiento. Por eso, armar un “dream team” acerca a la conquista de objetivos grandes en el futuro”, dijo Caio Arnaes, director asociado de Robert Half Chile.
Sin embargo, realizar esa convocatoria ganadora no es fácil y se convierte, además, en una preocupación para los líderes y tomadores de decisiones de las empresas. Según datos obtenidos por la consultora Robert Half, contar con los mejores profesionales disponibles en el mercado es una de las mayores preocupaciones de los líderes y tomadores de decisiones que tienen las empresas. Por un lado, mantener los que ya forman parte de sus equipos (41%) y atraer a aquellos talentos precisos con los cuales no cuentan y que serían perfectos refuerzos para su grupo humano (29%).
Un talento para cada rol
Tanto en las competencias deportivas como el ambiente laboral, cada integrante es fundamental. Independiente de su rol, desempeñan una función y aportan habilidades únicas al grupo.
De este modo, cuando hablamos en clave deportiva y nos ubicamos en el ambiente de trabajo, lo ideal es encontrar los siguientes talentos, con el objetivo de armar un equipo exitoso:
El capitán: Al motivar al equipo cuando está bajo presión, los capitanes ayudan a sus colegas a alcanzar metas y objetivos. Lideran con el ejemplo, proporcionando instrucciones claras, inspiran a otros a actuar y encuentran soluciones a los problemas. Además, ayudan a desarrollar la confianza del equipo, permitiendo un mejor desempeño.
El verdadero profesional: aquellos experimentados que forman la columna vertebral de los equipos ganadores. Llevan su experiencia al lugar de trabajo y participan activamente y aporta soluciones. Sus invaluables calificaciones y conocimientos adquiridos a lo largo de los años los convierten en las personas ideales para responder preguntas, mostrar lo que saben y compartir lecciones aprendidas en el pasado.
La estrella del equipo: aquellos con alto potencial pueden llevar un gran equipo a nuevas alturas. Su trabajo es de excelente calidad y muchas veces eleva el desempeño de otros jugadores del equipo. Las estrellas generalmente se desempeñan bien bajo presión y asumen con gusto los desafíos, la responsabilidad y las tareas independientes, respondiendo con sentido de urgencia. El mercado siempre busca profesionales de alto rendimiento, por lo tanto, sin retos ni oportunidades, pueden ser atraídos por otros equipos.
El recién llegado: ofrecen una variedad de experiencias y perspectivas que han adquirido de empleadores anteriores. Además de revitalizar los programas e iniciativas existentes, incorporan nuevas ideas a la estrategia actual y ayudan a mantener alerta a los equipos existentes, animándolos a ser receptivos a los nuevos desarrollos. Aquí la orientación es esencial, ya que además llegan con deseos de aprender nuevas técnicas y asumir responsabilidades adicionales. Se animan a sugerir nuevas ideas, procesos y procedimientos para el equipo y tiene potencial para convertirse en la estrella del equipo.
El técnico: Juega un papel central. Ejerce liderazgo, orienta y es responsable de la toma de decisiones. Los gerentes tienen la responsabilidad final de crear el equipo ideal. Al identificar y fomentar las fortalezas individuales, puede garantizar que se cumplan los objetivos comerciales y, al mismo tiempo, fomentar un entorno en el que las personas estén motivadas, sean productivas y prosperen en sus funciones.
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