Dra. Katherine López, académica investigadora carrera de Ingeniería Comercial UDLA Sede Viña del Mar
El desafío de integrar la sostenibilidad en las prácticas empresariales y en los marcos de gobierno corporativo es más crucial y complejo de lo que parece a primera vista. Primero, es esencial reconocer que ya no es un complemento opcional para las empresas modernas, sino que ahora se le considera una exigencia central en la planificación y ejecución de estrategias corporativas.
Sin embargo, el reto no reside únicamente en reconocer la importancia de la sostenibilidad, sino en cómo esta se integra sistemáticamente dentro de las estructuras de gobernanza corporativa. Los principios promovidos en tal sentido por diversos organismos internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), son fundamentales, pero requieren una implementación adaptada a las realidades locales y sectoriales específicas.
Las teorías de gobierno corporativo más evolucionadas se van adaptando a los nuevos paradigmas. No se trata solo de mantener la salud financiera y proteger los intereses de los accionistas, sino también es imperativo que promuevan la estabilidad y sostenibilidad del mercado a través de prácticas que beneficien a todos los públicos de interés. Esto incluye desde la transparencia en la divulgación de información hasta la inclusión de estrategias sostenibles en las decisiones cotidianas del directorio.
No es suficiente con adoptar una política de sostenibilidad en el papel. Exige una transformación en la cultura corporativa y en la mentalidad de todos los niveles de la empresa, comenzando por los altos ejecutivos y los miembros del directorio. Este cambio de paradigma hacia un gobierno corporativo que realmente integre la sostenibilidad como un pilar central de su operación no solo beneficiará al entorno y la sociedad, sino que, además, a largo plazo, fortalecerá la salud y la viabilidad de la empresa en un mercado cada vez más cambiante y exigente.
La confluencia entre el desarrollo sostenible y el gobierno corporativo es mucho más que una tendencia. Se trata de una evolución necesaria en la forma en que entendemos y practicamos los negocios en el siglo XXI. Así, mientras más prontamente las organizaciones adopten y se adapten a estas nuevas condiciones, más efectivamente podrán prosperar en un entorno global que demanda responsabilidad tanto social como ambiental y económica.