Cristóbal Dörner Santa María; académico Medicina y Cirugía de Equinos.
Escuela de Medicina Veterinaria Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.
Hace unos días se dio a conocer la confirmación por parte del servicio Agrícola y ganadero (SAG) la existencia de un brote de Anemia infecciosa equina en 16 caballos del Club Hípico de Santiago. Esta enfermedad es altamente contagiosa caracterizándose por signos como ciclos recurrentes de fiebre, depresión, debilidad, edema, signos de petequias, hemorragia y con anemias aparentes en etapas crónicas. Uno de los grandes problemas de esta enfermedad radica en que los caballos afectados pueden convertirse en portadores asintomáticos y pudiendo transmitir la enfermedad de por vida y por lo tanto el manejo establecido por el SAG en nuestro país, es la eutanasia de los animales positivos.
La Anemia Infecciosa Equina es causada por un virus miembro de la familia retroviridae y del género lentivirus con una distribución a nivel mundial, afectando a équidos (caballos, burros, mulas, entre otros). El virus de la anemia infecciosa se transmite principalmente por la picadura de insectos, sin embargo, también se debe considerar la vía de transmisión iatrogénica mediante inyecciones, transfusiones sanguíneas o plasma, o cualquier elemento cortopunzante que contenga sangre de un animal afectado.
Si bien es esta enfermedad es endémica en otros países de la región, Chile se encontraba libre de esta enfermedad desde el año 2019, donde los últimos brotes notificados en nuestro país fueron en los años 1981 y 2019. Debido a su importancia en esta especie, es una patología de notificación obligatoria ante el SAG y la Organización mundial de Sanidad Animal (OIE).
Desafortunadamente la vacunación no es el método establecido para su prevención y por lo tanto se deben realizar esfuerzos para el control de los insectos vectores y el aseguramiento de las condiciones de bioseguridad.
En relación con el brote confirmado en un corral del Club Hípico de Santiago, el SAG oportunamente activó todos los protocolos necesarios para controlar el brote y evitar su diseminación. Se estableció la cuarentena total del recinto con la prohibición de salida de caballos desde el lugar, el sacrificio sanitario de los animales positivos a la enfermedad, el aislamiento de los equinos del corral afectado y la desinfección exhaustiva de las instalaciones. El período de cuarentena y seguimiento serológico de los caballos dentro del recinto se extenderá al menos por 90 días en donde se podrá monitorear exhaustivamente a los equinos del lugar con la finalidad de certificar la ausencia del virus.
Hasta el momento, las autoridades oficiales han logrado contener el brote dentro del corral del recinto afectado y se están realizando las diligencias epidemiológicas para establecer el origen del virus y el cómo pudo haber ingresado a nuestro país. No obstante, y de forma preventiva, las diferentes disciplina ecuestres han decidido suspender concursos y competencias programadas con el objeto de disminuir los contactos entre caballos de distintos orígenes y consecuentemente, una potencial diseminación del virus en el país.
Finalmente, solo recomendar a los propietarios y cuidadores de caballos que en el caso de detectar alguno de los síntomas asociados a esta enfermedad (como fiebre, anemia y edema de las extremidades, depresión y/o debilidad generalizada), tomar contacto inmediatamente con la oficina del SAG respectiva para informar la situación.