Dr. Felipe Oelckers Aljaro, director carrera de Ingeniería Comercial, UNAB Viña del Mar.
El gobierno chileno ha estado siempre apoyando el entorno y la iniciativa emprendedora. Una gran cantidad de oportunidades para futuros empresarios están empezando a surgir en Chile. Sin embargo, no puede confiar solo en apoyar iniciativas emprendedoras en jóvenes. Creemos que ya es momento de mirar a los adultos mayores como futuros emprendedores y brindarles la oportunidad de mejorar los ingresos y fomentar, en lo posible, el desarrollo de negocios innovadores.
Para lo anterior, es necesario generar programas de apoyo, a fin de fomentar esta iniciativa y superar obstáculos, de la misma manera como se realiza en otras partes del mundo.
Resulta de alta relevancia no visualizar el apoyo a estos emprendedores como simples programas asistenciales.
Hoy en día, no existen en Chile programas de emprendimiento destinados exclusivamente a personas naturales de la tercera edad que apoyen y brinden seguimiento para comenzar un negocio. También presenciamos la carencia de buenos “coachers” y mentores que conozcan la realidad propia de un emprendedor de este grupo etáreo.
El Estado de Chile podría crear en algunas instituciones que fomentan el emprendimiento, tales como CORFO o SERCOTEC, junto con el SENAMA, programas destinados exclusivamente para apoyar a emprendedores adultos mayores. Evidencias empíricas muestran que apoyar este emprendimiento no solo ayuda a estas personas, sino también es la sociedad entera la que obtiene un notable provecho.
Incentivar un modelo de intervención para fomentar la motivación, salud y el desarrollo de nuevas habilidades es indispensable. Esta propuesta busca motivar el lanzamiento de nuevas empresas por parte de adultos mayores. La vejez trae, sin duda, un declive biológico y físico. La inactividad plantea un riesgo para que se generen diversas enfermedades crónicas. Por dicha razón, las personas de la tercera edad deberían mantenerse ocupadas, siendo el emprendimiento una opción para equilibrar sus vidas.
La idea es generar un proyecto que incentive a los adultos mayores a formar parte de incubadoras de negocios hechas a la medida para la creación de nuevos emprendimientos. De esta forma, los conocimientos y la carrera laboral de este grupo etario podrían concretarse en buenas ideas para ser llevadas a la práctica.
Crear nuevas fuentes laborales e ingresos es otra opción. La posibilidad de crear negocios familiares que permitan trascender a nuevas generaciones, de desarrollar nuevas habilidades y mejorar la calidad de vida. Por otro lado, permitirá en Chile generar nuevos conocimientos sobre el tema del emprendimiento en el adulto mayor.
Existen evidencias empíricas que sitúan a los adultos mayores en mejor posición para emprender que otros segmentos de la población, a pesar de todas las barreras que se presentan. Estas personas poseen experiencia laboral, capital social y capital humano, entre otros factores, que puede ser utilizado para emprender. También se debe considerar que los negocios fundados por adultos mayores tienen una tasa de sobrevivencia más alta que otros segmentos de la población, permitiendo desarrollar alternativas de negocios más viables en el largo plazo.
Un significativo aporte sería la generación de programas destinados a que un cierto segmento de adultos mayores con antecedentes profesionales de alto nivel y que no requieren o no buscan emprender un negocio, puedan cumplir el rol de “coach” de negocios o mentor, con el fin de ser colaboradores en el desarrollo de emprendimientos respecto de otros adultos mayores que requieren de su ayuda.
Asimismo, algunos adultos mayores pueden ayudar a sus coetáneos en otra dirección. En efecto, se trata de individuos más ricos, y en esta situación, se propone establecer un plan para que actúen como inversionistas ángeles y de este modo se involucren en los equipos de trabajo de emprendedores de tercera edad.
Apoyar el emprendimiento del adulto mayor tiene un fuerte impacto en el desarrollo económico de un país (Zhang, 2008). En esta línea de acción, se manifiesta la urgente necesidad de planificar a nivel gubernamental y privado todas las directrices que permitan ubicar a los adultos mayores como nuevos emprendedores y, desde ese lugar, contribuir al desarrollo económico de Chile.