De la percepción al hecho: ¿Sigue siendo seguro viajar en avión?

avion seguridadEl especialista de la USM, Osvaldo Bahamondes, entrega las pistas de un tema que genera inseguridad en la población.

Al menos 120.000 aeronaves despegan diariamente en el mundo. Una cantidad que parece aun más grande si se consideran las cifras arrojadas por el sitio Flightradar24, las que indican que cada hora aproximadamente hay cerca de 5 mil aviones (u otros vehículos aéreos tripulados) surcando los cielos.

Y aunque volar es una de las formas más populares de transporte en los tiempos actuales, el miedo que puede producir despegar de la tierra sigue siendo un fenómeno recurrente en ciertas personas. Pero, ¿es seguro volar?

“La percepción de los vuelos como sucesos extremadamente fatídicos se debe a diversas causas, como el gran impacto emocional que ocurre ante un accidente por la gran cobertura mediática y al gran número de personas involucradas en un accidente o incidente aéreo”, explica Osvaldo Bahamondes, jefe de Capacitación, Extensión y Postgrados del Departamento de Aeronáutica de la Universidad Técnico Federico Santa María.

Esta atención es desproporcionada en comparación con otros tipos de accidentes, explica Bahamondes, quien asegura que la aviación comercial tiene una tasa mucho menor de accidentes fatales en comparación con otros medios de transporte, en gran parte debido a los continuos avances tecnológicos, rigurosos estándares de seguridad y entrenamiento de tripulaciones.

Tecnología

Estadísticamente hablando, según la Administración Federal de Aviación de EEUU, la tasa de accidentes fatales en la aviación comercial ha disminuido aproximadamente un 94% desde 1970. “La industria aérea emplea las tecnologías más avanzadas en fabricación y mantenimiento de aeronaves, lo que garantiza la seguridad y reduce las posibilidades de accidentes”.

Por consiguiente, para el experto en aviación, además de la percepción terrorífica que los medios como el cine o la televisión emplean para retratar los viajes aéreos, existe un factor de “temor a lo desconocido” natural en los seres humanos.

“Para muchas personas el volar implica estar en un ambiente nuevo y fuera de su control, especialmente por el gran desconocimiento de las razones de porqué un aparato de gran peso y porte es capaz de sostenerse en el aire”, comenta el académico de la USM.