Esta ciencia permite entender mejor cómo funciona el cerebro humano y así desarrollar técnicas que permitan un mejor aprendizaje.
Quizás el concepto de neurociencia se vea un poco lejano en los distintos niveles de educación, desde el primario hasta el universitario. Sin embargo, esta ciencia ha demostrado en los últimos años que es una herramienta muy efectiva para que los profesores puedan trabajar en estrategias eficientes de aprendizaje.
Carmen Troncoso es experta en neuroeducación y académica del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad Santo Tomás Viña del Mar. Ha liderado varios talleres donde han participado docentes de distintos establecimientos educacionales de la región. “Durante muchos años los profesores hemos trabajado de una manera intuitiva, haciendo que nuestras prácticas pedagógicas vayan a favor de estos niños en la sala de clases. Ahora tenemos más herramientas para saber por qué la nutrición o el deporte son tan importantes”.
La neurociencia es, en términos generales, una ciencia que estudia el sistema nervioso y que está implicado en todas las actividades diarias, partiendo por el cerebro. “Los estudios de neurociencia aplicada a la educación parten desde el 2009 y desde ahí en adelante la ciencia conversa con nosotros los pedagogos, quienes trabajamos con los estudiantes y nos pone este conocimiento para crear nuevas estrategias y poder aplicarlos en las salas de clases”, dice Troncoso.
La misma neurociencia ha logrado demostrar algunos factores claves para que los estudiantes puedan mejorar su aprendizaje, como la importancia de las emociones en el aula.
“Si recordamos cómo son las actividades en el nivel de educación parvularia, son muy lúdicas, con muchos juegos, con música y en horarios acotados, además es relevante el apego emocional de los niños. Pero después pasamos bruscamente a la educación básica, donde hasta la disposición de los estudiantes en la sala de clases es más formal. Hoy en día, la neurociencia puede ser utilizada por los profesores de educación básica para así poder continuar con el proceso iniciado en la primera infancia”.
Otro factores importantes para mejorar la enseñanza y que han quedado demostrados a través de la neurociencia son la alimentación y el deporte.
“La ciencia nos explica claramente la importancia que tiene el deporte en el aprendizaje para que los niños mantengan esta plasticidad neuronal, esa capacidad de aprender, esto considerando que en los planes y programas de educación se ha ido reduciendo la actividad física”, indica la docente.
En el caso de la alimentación “la nutrición es muy importante para las funciones del cerebro, muchas veces los estudiantes no tienen la posibilidad de alimentarse más que en el colegio, entonces es relevante que lo hagan, ya que de lo contrario no podrán aprender bien los contenidos”, acotó la investigadora UST.
Las capacitaciones de neurociencia en la educación se realizaron el año pasado en Santo Tomás Viña del Mar y se repetirán este 2024. “Hemos tenido una muy buena aceptación cada vez que hemos hecho capacitaciones para los profesores de colegio, porque ellos le ven la aplicabilidad y por qué algunas prácticas en el aula le resultan tan bien desde la ciencia, se dan cuenta que intuitivamente están aplicando elementos de neurociencia en el aula. A los profesores, por ejemplo, no nos enseñan a gestionar el estrés y está muy de moda el reconocimiento emocional, pero también tiene que partir por el educador”.