Las cifras son categóricas: Actualmente, el 25 por ciento de la población de mujeres chilenas se embaraza después de los 35 años, mientras que en los años setenta este grupo alcanzaba solo un cinco por ciento.
Las razones para decidir postergar la maternidad pueden ser diversas y vinculadas a factores sociodemográficos como el nivel educativo, la ocupación y el estado civil, lo que también se suma a los avances tecnológicos y a la una mayor autonomía reproductiva.
Si bien a partir de los 35 años la fertilidad comienza a disminuir, lograr un embarazo no es imposible. Al contrario, es muy frecuente, lo normal es que en el periodo de un año se pueda lograr un embarazo, sobre todo, en mujeres sanas y sin patologías. Si supera el año, se recomienda atención por especialista. De acuerdo a estudios, antes de los 30, las mujeres tienen un 85% de quedar embarazadas en el lapso de un año; a los 30, esas probabilidades descienden al 75%; y a los 35, al 66%.
El embarazo genera en el organismo de la mujer una serie de cambios físicos y hormonales que sobrexigen la capacidad del cuerpo femenino. Por lo mismo, después de los 35 años, aumenta el riesgo de diabetes gestacional, hipertensión arterial, embarazos múltiples, parto prematuro, alteraciones cromosómicas, aborto. Entre otras. Pero teniendo controles preconcepcionales y un buen control de embarazo pueden disminuirse o controlarse estos riesgos.
La decisión de ser madre después de los 35 años suele asociarse a que las madres tienen mayor estabilidad económica, emocional y de pareja. Pero no siempre es así cada embarazo es único.
Angie Demierre
Académica Escuela de Obstetricia U. Andrés Bello