La Asamblea General de la ONU declaró el 11 de febrero como Dia Internacional de la mujer y las niñas como un reconocimiento de la labor que desempeñamos las mujeres en las ciencias y la tecnología. El camino no ha sido fácil para lograr la igualdad de género en este ámbito y aún queda bastante por hacer, pero todo indica que vamos en la dirección correcta. Este año, la selección de mujeres en Chile para entrar en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por su sigla en inglés) alcanzó un 16,8% respecto del año pasado, donde el programa Más Mujeres Científicas (+MC), que entrega cupos adicionales a mujeres que deseen estudiar carreras de estas áreas en diferentes universidades del país, cumplió un gran rol.
Cuando niña mi padre me regaló una revista científica que contaba la historia de Marie Curie, su vida y sus logros: pionera en la investigación de la radiactividad, tuvo un rol fundamental en la Primera Guerra Mundial y en el desarrollo de una máquina de rayos X portátil para tomar radiografías a los heridos de guerra, además obtuvo dos premios Nobel. Pero lo que más me impactó fue lo difícil que fue para ella hacer una carrera en ciencias porque era mujer, esa idea era incomprensible para mí que pensaba, a esa edad, que todos teníamos las mismas oportunidades.
Hoy, cuando en el curso de Biología Celular nos adentramos en el tema del ADN, dedico un tiempo de la clase para conversar con mis alumnos sobre la historia de Rosalind Franklin, que como científica británica en la década de 1950 desempeñó un papel crucial en el descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN. En ocasiones, nos extendemos en el tema, analizando y comparando la situación que ella vivió (ocuparon su trabajo en ADN sin su consentimiento) y lo que sucedería si eso ocurriera hoy 2024.
Los jóvenes llegan al común acuerdo que de seguro habría una “funa” para los culpables de tan deleznable hecho en las redes sociales, lo que me lleva a pensar con alegría que la generación de hoy es más justa. Cuando hablamos de ARN, conversamos sobre la científica pionera en vacunas de ARN, la doctora Katalin Karikó, nacida en Hungría y ganadora del Nobel en Medicina, cuyas investigaciones fueron fundamentales para el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19. Para ella también el camino no estuvo exento de problemas, ya que durante gran parte de su trayectoria profesional dedicó muchos de sus esfuerzos en obtener el respaldo de la comunidad científica para sus investigaciones.
Como mujer en ciencias y educación, considero que es esencial fomentar un ambiente inclusivo y equitativo en el aula para educar en la igualdad, erradicando los errores u horrores sexistas cometidos a lo largo de la historia, de tal forma que, en todas las aulas del mundo las estudiantes se sientan empoderadas y apoyadas para seguir carreras en ciencias.