El proyecto Hydrodynamic Ocean Models for Maritime Emergencies busca precisar las áreas de rastreo y disminuir el tiempo requerido para hallar objetos flotantes en el mar.
Disponer de información clara y precisa durante una emergencia marítima es fundamental para salvar vidas y bajo esa premisa, el oceanógrafo Pablo Córdova desarrolló el sistema Hydrodynamic Ocean Models for Maritime Emergencies (HOMME), una herramienta que permite brindar soporte científico a contingencias como naufragios, amarizajes forzados, derrames de contaminantes y otros desastres marítimos a través de la estimación y pronóstico de la trayectoria de objetos flotantes en el mar, atendiendo así la alta frecuencia de este tipo de eventos y la escasez de herramientas para dar respuesta a ellos.
“La idea es que cualquier usuario tenga a disposición, de forma simple e intuitiva, el uso de tecnologías avanzadas en el ámbito de la modelación hidrodinámica, con la finalidad de predecir el comportamiento y deriva de elementos en el océano, con especial énfasis en zonas costeras y aguas interiores”, señala Córdova.
El oceanógrafo tuvo la oportunidad aplicar las ideas iniciales de su investigación durante la emergencia en la localización del avión Hércules C130, siniestrado en el Paso Drake en diciembre de 2019, costando la vida de 38 personas. Tras esa experiencia, la Armada de Chile se ha alineado con el proyecto junto a la USM, la UV, Directemar, SHOA, IFOP y empresas encargadas de la contención de contaminantes. A ellas se suma la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) que financió parte del proyecto a través del programa de Valorización de la Investigación en la Universidad (VIU).
Respecto a los resultados preliminares y el avance de la tecnología, Córdova estima que “la capacidad de pronosticar la trayectoria de elementos en el océano, en donde los productos actuales no son capaces de hacerlo, permitirá una mayor eficiencia en el manejo de las emergencias marítimas a nivel nacional e internacional, aportando de esta forma al rescate de personas y en la protección de los ecosistemas costeros”.
Arquitectura del software
Para materializar la idea, otra de las instituciones involucradas en el proyecto es el Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal) de la USM, que, a través de su área de transformación digital, desarrolló la arquitectura del software que recopila los datos, recibe las solicitudes de los usuarios y articula las herramientas de modelación, entregando como resultado final la trayectoria estimada de la partícula u objeto de interés.
Vicente Saona, ingeniero del CCTVal, sostiene que “en el mediano plazo el sistema puede reducir los tiempos en la búsqueda de objetos o personas en situación de deriva oceánica, disminuyendo los daños que puedan recibir o a los que puedan estar expuestos. A largo plazo, permitirá facilitar la contención de derrames de contaminantes, indicando una zona de contención más acotada, por ejemplo. Pero además de ello, durante el proceso se han generado herramientas que pueden fácilmente ser aprovechadas por otros estudios de movimiento en aguas abiertas”.
Actualmente, HOMME se encuentra en la fase de validación técnica de prototipo y se espera, para el año 2024, poner en marcha blanca las primeras versiones del sistema en un entorno operacional. “Es importante avanzar en sistemas para la toma de datos y registro de hallazgos durante los eventos, pues estos permitirán la validación en tiempo real de los pronósticos de trayectorias y, de esta forma, será posible dar un soporte robusto a los coordinadores de las emergencias”, finaliza Córdova.