En tiempos como los que nos encontramos viviendo, podemos notar los altos precios de la energía, la reducción de los recursos domésticos y por supuesto, la preocupación creciente por el medio ambiente, cuyos aspectos contribuyen a la creación de conciencia sobre el ahorro de energía y recursos. En esta línea y basándonos en la definición del Consejo Mundial de Energía, el ahorro energético hace referencia a acciones que permitan la disminución de energía utilizada en un tiempo determinado. Por ejemplo, si apagamos la mitad de las luces de una oficina, se generará un ahorro de energía durante una cantidad de tiempo y por consecuencia, en el valor mensual de la boleta.
Durante los últimos años la industria ha estado marcada por importantes avances tecnológicos, como la robótica, inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT), entre otros, conociéndose esta etapa actual como “Cuarta Revolución Industrial” (Industria 4.0), donde predomina la digitalización completa de diferentes procesos, integrando nuevas tecnologías y conexión a internet, permitiendo el control y monitoreo de diferentes procesos de manera remota, bajo sistemas “cloud” o nube.
En este mismo contexto, y gracias a esta “Cuarta Revolución Industrial”, existen diversos sistemas electrónicos equipados con interruptores, sensores y conexión a Internet, los cuales son aplicables a nuestras viviendas y que nos permiten controlar diferentes artefactos sin la necesidad de encontrarnos en casa, a esto se le conoce como “domótica” y, hoy en día, tiene una estrecha relación con el ahorro energético. Tal es el caso cuando se encienden o apagan luces, por un tiempo determinado, a una cierta hora del día o incluso también, según la luminosidad presente en el lugar, todo esto sin la necesidad de estar en nuestro hogar y que además, son sistemas seguros y de bajo consumo.
Según estudios realizados por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE), la domótica puede permitir un ahorro energético del 39% en calefacción, un 12% en electrodomésticos, un 9% en iluminación y un 2% en aire acondicionado. A su vez, la Asociación Española de Domótica (CEDOM) sostiene que, en promedio, un “hogar inteligente” ahorra cerca de un 30% en energía eléctrica, lo cual es extrapolable a nuestra realidad chilena dada la similitud de condiciones y oferta presente de sistemas de domótica en el mercado, ya sea en Chile como desde el extranjero.
Si bien, este tipo de soluciones pueden parecer futuristas para gran parte de las personas, son posibles en actualidad, así como también accesibles y sostenibles económicamente. Muchas veces no nos percatamos de la energía que desperdiciamos al dejar encendido innecesariamente un electrodoméstico o las luces de un dormitorio en el cual no nos encontramos. Dicho esto, la domótica nos entrega comodidad, es compatible con diversos dispositivos presentes en nuestro hogar y, sobre todo, contribuye en un ahorro significativo en nuestra tarifa de electricidad, lo cual es consecuencia de un mejor uso de los recursos naturales, permitiéndonos ser más sustentables.
La Ciudad Jardín fue el epicentro de una jornada única este domingo, cuando más de…
La iniciativa fue dada a conocer en el Congreso Internacional “Operaciones de Emergencias en el…
Nelson Lay Raby, académico de la Escuela de Psicología, UNAB Sede Viña del Mar.En los…
Este 30 de noviembre y 1 de diciembre, en Sporting Club de Viña del Mar,…
Gonzalo Gallardo Martínez, director de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello Sede…
Jornada organizada por la carrera de Educación General Básica de la U. Andrés Bello, Sede…