Macarena Arriagada Belmar, Directora Carrera de Obstetricia, UNAB Viña del Mar.
El climaterio es una etapa natural en la vida de las mujeres que marca el cese de la función reproductiva, que comienza con la disminución de la fertilidad y termina con la senectud. La menopausia (momento de la última menstruación) es el hito que permite distinguir la etapa previa denominada perimenopausia, de la etapa siguiente, que es el período de vida posterior a la última menstruación natural de la mujer, que se denomina posmenopausia.
Según varios estudios mencionados en las Orientaciones Técnicas para la Atención Integral de la Mujer en edad de Climaterio en el nivel primario de la red de salud (APS), en el climaterio la salud de la mujer y su calidad de vida están determinadas, entre otras, por los cambios hormonales propios del período, su condición de salud previa, las enfermedades emergentes, sus características psicológicas, su estilo de vida y factores ambientales, los cuales pueden contribuir a deteriorar la calidad de vida e incrementar el riesgo de desarrollar o agravar enfermedades crónicas (patologías cardiovasculares, osteoporosis, afecciones urogenitales, entre otras).
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Chile, alrededor del 17% de la población total son mujeres de 45 años o más. De estas, se estima que aproximadamente el 85% experimentará síntomas relacionados con la menopausia en algún momento de sus vidas. Estos síntomas incluyen bochornos, sudoración nocturna, cambios en el estado de ánimo y alteraciones en la calidad del sueño.
Uno de los aspectos más destacados del climaterio es su duración, que varía de una mujer a otra, pero en promedio puede extenderse de 4 a 8 años. Esto significa que un número significativo de mujeres chilenas vivirá buena parte de sus vidas en esta etapa. Estos años pueden ser una oportunidad para enfocarse en la salud y el bienestar, pero también pueden ser desafiantes debido a las necesidades en salud integral que se generan.
Además de los síntomas mencionados, es importante destacar que el climaterio también se asocia con un aumento en el riesgo de condiciones de salud crónicas, como la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares. La osteoporosis, en particular, afecta a un número importante de mujeres mayores de 50 años en Chile, con aproximadamente el 30% de las mujeres posmenopáusicas siendo diagnosticadas con esta enfermedad. Esto tiene importantes implicaciones para la calidad de vida y el sistema de salud.
La atención de la salud durante el climaterio debe ser integral. La educación y la promoción de estilos de vida saludables son fundamentales para reducir los riesgos de enfermedades crónicas. Además, el acceso a terapias hormonales y no hormonales para aliviar los síntomas menopáusicos debe ser una prioridad en el sistema de salud chileno. Las decisiones sobre el manejo de la menopausia deben ser individualizadas, considerando los riesgos y beneficios en cada caso.
En resumen, la atención integral, oportuna y de calidad en el climaterio es un desafío de salud pública, que afecta a un número importante de mujeres chilenas. Para abordar este desafío de manera efectiva, es necesario un enfoque integral que incluya la educación, la promoción de la salud, el acceso a terapias adecuadas y la investigación continua. En esta línea la Matronería se encuentra en una posición privilegiada para acompañar a las mujeres, y para hacerlo adecuadamente es necesario prepararse profesionalmente para enfrentar el desafío, además de poder contribuir a la generación de conocimiento a través de estudios con diferentes perfiles de mujeres en esta etapa del curso de vida, con un enfoque inclusivo de la diversidad sexogenérica. Al hacerlo, podemos ayudar a las mujeres a atravesar esta etapa de la vida con la mayor calidad posible y promover su bienestar a medida que envejecen.