Dra. Miriam Pardo Fariña, académica de la carrera de Psicología, UNAB Sede Viña del Mar.
El retorno a clases se constituye en un desafío para los escolares desde varios puntos de vista. En el ámbito cognitivo y visomotor al haber estado de vacaciones, los estudiantes pierden hábitos de estudio, incluyendo tiempos de lectura con libros, al preferir las pantallas y redes sociales. Debido a lo anterior, se recomienda que los docentes presenten los programas de sus asignaturas y los desafíos escolares de manera atractiva, de manera que los estudiantes se motiven a retomar sus tiempos de estudio y lecturas.
Es conveniente que los estudiantes trabajen en casa con lápiz y papel para que se acostumbren a escribir; conviene que realicen trabajos de arte, dibujos espontáneos, uso de acuarelas y similares, para involucrarse en el aprendizaje no sólo cognitivamente, sino también con la coordinación óculo-manual.
Asimismo, es conveniente que en casa se ejercite la memoria por medio de relatos que se realicen en la mesa, por ejemplo, sobre noticias u otros temas, y que luego el hijo o hija pueda narrar. Tanto en el colegio como en la casa conviene recalcar a los estudiantes acerca de la importancia de escuchar prestando atención, lo que favorecerá la memoria y otras funciones cognitivas tendientes a relacionar conceptos y vivencias.
Muchos estudiantes estarán deseosos de ingresar a clases al no presentar problemas de socialización. Sin embargo, también hay alumnos que no han tenido buenas experiencias con respecto a este tópico, ya sea por excesiva timidez, experiencias de bullying, o por no sentirse a gusto en casos de ansiedad generalizada u otro cuadro clínico.
Cuando los estudiantes se desmotivan frente a los desafíos escolares, debido a las razones antes mencionadas, es importante investigar lo que está sucediendo. Para este efecto, se recomienda que el establecimiento educacional y los padres se coordinen con el objetivo de favorecer al(la) alumno(a) o hijo(a) en cuestión, recurriendo a apoyos externos de ser necesario. La observación y las conversaciones con el estudiante o hijo(a), son vitales en la detección de conflictos en este ámbito. Frente a la agresividad que se detecta en los grupos, cuando molestan a alguien o le ignoran, es fundamental que los colegios tengan en cuenta este problema que se constituye en una clave de conflictos, muchas veces difíciles de solucionar. Los protocolos de bienvenida son una buena instancia para iniciar la integración de los grupos.
En el ámbito afectivo se debe tener en cuenta el estado de ánimo de los alumnos, disposición que los padres pueden detectar desde los hogares. Es esperable de que los(as) alumnos(as) sientan ansiedad antes del retorno a clases, pero si aparecen comportamientos que exceden lo que habitualmente le sucede al estudiante, independientemente de su edad cronológica, es necesario prestar atención, ya que puede estar relacionado a otros factores, además del ámbito social, como por ejemplo cuadros de ansiedad, cuadros depresivos y un fuerte temor frente a los cambios.