El virus del papiloma humano (VPH) es un virus de transmisión sexual que afecta a personas sexualmente activas que no utilizan preservativo como método anticonceptivo de barrera.
Este virus cada vez es más frecuente debido a que la población no toma los resguardos necesarios durante las relaciones sexuales, por lo que el contagio es inminente.
Este virus presenta más de 100 cepas infecciosas: las de bajo riesgo más frecuentes en Chile cepa 6 y 11 son las que generan manifestaciones clínicas evidentes conocidas como condilomas (verrugas genitales). Por otro lado, las cepas de alto riesgo 16 y 18 son las que no generan manifestaciones clínicas notorias, por lo tanto, la persona puede vivir años infectada sin percatarse de aquello, sin embargo, con el pasar del tiempo este tipo de virus genera cáncer, el cual es detectado en etapas avanzadas. Este es el caso del cáncer cervicouterino que tiene como método de pesquisa el Papanicolau, examen que está normado dentro de las políticas públicas chilenas y que debe realizarse entre los 25 y 64 años cada 3 años. Según la OMS, en Chile fallecen cerca de 600 mujeres al año por cáncer cervicouterino, lo que equivale a la muerte de 2 mujeres al día.
El 4 de marzo se conmemora el día mundial de la concientización del VPH con el objetivo de prevenir y promover la salud, haciendo ahínco en que el VPH es un virus que todos podemos combatir si nos cuidamos correctamente.
Es urgente sensibilizar a la comunidad acerca del riesgo potencial de padecer esta infección de transmisión sexual, así como la necesidad de aplicar las medidas de precaución pertinentes y de promover el autocuidado en salud como parte importante de la prevención.
Romina Bustos Águila.
Matrona Especialista en Ginecología.
Académica Obstetricia
Universidad Andrés Bello