Alejandra Ríos Urzúa, Directora Diploma en Habilidades Laborales U. Andrés Bello, sede Viña del Mar
Llega marzo y con ello, la vuelta a clases. Van quedando atrás las tardes de juegos y los tiempos de esparcimiento para empezar a retomar las rutinas y los horarios, cuestión que para muchos niños implica un desafío. Si bien volver a encontrarse con los compañeros y enfrentarse a nuevos aprendizajes puede ser muy emocionante para los niños, se requiere de cierta preparación y es importante apoyarlos en la transición de haber perdido la noción del tiempo -durante 3 meses no necesitaban saber si era jueves o domingo- para pasar a un acucioso registro de las tareas y trabajos que deben entregar dentro de la semana.
Ahora bien, cuando se trata de niños que presentan barreras para el aprendizaje asociadas a necesidades educativas especiales (NEE), las rutinas cobran aún mayor importancia y en ese sentido, si bien la escuela les brinda estructura y una sensación de estabilidad muy importante, es desde la casa de donde deben tomarse todas las medidas para apoyar este retorno a clases. Son los padres y apoderados quienes deben velar por que cada niño pueda retomar sus rutinas, ayudándolos a establecer nuevamente horarios para las actividades cotidianas como organizar sus tiempos de estudio y de juego o incluso apoyarlos a ordenar sus hábitos de sueño.
Es sabido que el inicio del año académico supone esfuerzos por parte de todos y para los niños con NEE puede significar un momento complejo sin los apoyos necesarios. Por ello, es importante que sus familias presten especial atención durante este período, propiciando estructura y horarios consistentes de manera que se sientan seguros para esta nueva vuelta a clases.