Tras antecedentes que indicaban que la joven se le habría suministrado “tussi” o ketamina, el director de la Escuela de Química y Farmacia de la UNAB, Fernando Torres, explica cómo funcionan estas llamadas “drogas de sumisión” en el organismo.
En los últimos días, hemos visto mediante la prensa cómo ha evolucionado la investigación del caso de la abogada que fue encontrada fallecida en un motel de Quintero. Sin embargo, a la fecha, no existe aún un informe pericial concluyente.
En un reportaje de televisión se compartió la declaración de una de las acompañantes de la víctima quien señaló que un hombre les habría dado “tussi en bolsas”.
Según el toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia UNAB, Fernando Torres, el tussi o cocaína rosada es el nombre que se le da a una combinación de drogas sintéticas como cocaína, anfetamina y ketamina.
Tussi
“Al estar combinadas podría provocar problemas graves de salud, pues se potencian sus efectos y tampoco se conocen las concentraciones de cada componente, que pueden variar entre una bolsa y otra” señala el experto.
“Estas drogas actúan a nivel del sistema nervioso central y también cardiovascular, produciendo aumento de la presión arterial, alteración del estado mental y comportamiento, insomnio, desinhibición conductual, cambios de ánimo, ansiedad, alucinaciones, e incluso, convulsiones” añade.
Ketamina
Por otro lado, otras fuentes han señalado que a la fallecida se le habría administrado ketamina, un fármaco utilizado en medicina veterinaria como anestésico general, que con el pasar de los minutos y horas puede provocar efectos disociativos y psicodélicos, pues tiene efectos en neurotransmisores como la noradrenalina, dopamina y serotonina.
Esta droga se puede administrar por vía intravenosa, intramuscular, rectal, nasal, pulmonar y oral.
De acuerdo con el toxicólogo, por vía oral no se absorbe completamente y un pequeño porcentaje de la dosis administrada puede ser metabolizada por el hígado. “La vía inyectable es la más eficiente respecto de los efectos que puedan producir en un ser humano. Presenta una vida media de dos a tres horas, lo que significa que se puede demorar hasta tres horas en bajar su concentración en el organismo a la mitad” agrega.
Los efectos que produce la ketamina como disociación o interrupción de la percepción sensorial son los que le han atribuido ser reconocida como “droga de sumisión”, al dejar inconsciente al afectado, permitiendo a un agresor cometer actos delictivos, como robos, ataques violentos, e incluso del tipo sexual.
Torres hace hincapié en que la mezcla de esta sustancia con alcohol podría producir graves fallas en el sistema cardiovascular y renal: “a dosis bajas los consumidores experimentan síntomas como náuseas y vómitos, visión borrosa, sedación. En el caso de las dosis altas, aparecen síntomas como alucinaciones, euforia, vértigos, confusión, desorientación, amnesia retrógrada, paranoia, e incluso la muerte si se consumen sobre los 100 mg”.