La académica de la PUCV, Sonia Pino, estima que es fundamental la alfabetización computacional y manejo de la información en los colegios.
Desde hace años hemos tenido la preocupación de saber en qué medida los estudiantes han desarrollado sus habilidades TIC y cuánto de ello se aplica al beneficio de su aprendizaje. En octubre de 2018, se realizó un estudio Internacional de Alfabetización Computacional y Manejo de la Información (ICILS), que se aplica cada cinco años en varios países donde se aborda la dimensión docente y la alfabetización computacional y manejo de información de los estudiantes. En aquella oportunidad fue aplicada por la Agencia de la Calidad de la educación a más de 3000 estudiantes de 8° básico con foco en pensamiento crítico, colaboración y comunicación.
En el último informe de resultados se muestra que la mayoría de los estudiantes tienen un conocimiento y manejo básico de los computadores. Chile alcanzó 476 puntos, por debajo de la media, pero sobre Italia, Uruguay y Kazajistán.
Anteriormente, en Chile también se había aplicado el SIMCE TIC (2011 y 2013) y los resultados tampoco eran alentadores. Entonces ¿cómo hacemos para que los y las estudiantes tengan un buen manejo tecnológico y además hagan un buen uso de él para su desempeño escolar?
La investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Sonia Pino, plantea que si bien no hay una única respuesta, hay evidencia suficiente para fundamentar que “mientras más práctica de uso de tecnología tengan los estudiantes en los centros escolares, mejores son sus habilidades”. Además, “cuanto más temprano en la trayectoria escolar se incorporen las TIC como herramientas de aprendizaje, mejores serán los resultados”.
Pino, quien es coordinadora del área de Investigación, Desarrollo e Innovación del Centro Costadigital PUCV, institución dedicada a la innovación educativa mediada por tecnología, agrega que “la mirada y disposición de los docentes es fundamental para que los estudiantes incorporen el uso de tecnología de una forma que los haga sacar más provecho de sus capacidades, y no menos”.
Considerando lo anterior, dice, el informe de ICILS entrega varias pistas respecto de cómo abordar la situación: “en primer, lugar, debemos redefinir las TIC, es decir, mirar la tecnología no sólo como Tecnologías de la Información y la Comunicación, sino como Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC)”.
En este sentido, la ingeniera añade que “la primera definición (TIC) es bastante instrumental, sin embargo, todo indica que debemos diseñar experiencias de aprendizaje significativas, que incluyan el uso de tecnologías para potenciar las actividades, generando un real aporte al aprendizaje, y no sólo como reemplazo de una práctica antigua por una tecnología nueva si ésta no genera al menos una mejora funcional”.
En segundo lugar, sostiene, “debemos dejar de hacer esfuerzos aislados para mejorar las habilidades de los estudiantes. En consecuencia, el centro escolar en su conjunto es quien debe primero reconocer que la tecnología es parte de la sociedad y debemos aprovechar todas las posibilidades que nos ofrece, para luego tener una mirada sistémica de incorporación de tecnología tanto en los procesos de enseñanza, aprendizaje, liderazgo y gestión”.
La profesora extendió una invitación a docentes, directivos y otras autoridades del ámbito educativo que quieran emprender esta mirada sistémica a que contacten al centro, “pues estamos en la búsqueda de escuelas, liceos, municipios, que quieran adherirse a esta idea y plantearnos una ruta común para abordar esta brecha ([email protected])”.