El reciclaje aún es una actividad incipiente en Chile, y así lo demuestran las cifras de nuestro Ministerio del Medio Ambiente: de los cerca de 1,25 millones de toneladas de residuos domiciliarios de envases y embalajes que se generan en el país, sólo el 12,5% se recicla. La realidad es que es una cifra bastante alejada de países avanzados en esta materia, donde algunos llegan a reciclar el 60% de sus residuos.
El problema es que la preocupación por el maltrato indiscriminado a la Tierra y los recursos naturales empezó muy tarde; recién en los años 70 comenzó el interés por reciclar los objetos y materiales que antes simplemente se convertían en basura una vez que eran utilizados. Y con ello apareció una nueva labor: el reciclador.
Los recicladores de base han sido pioneros en crear sistemas de recolección, manteniendo una cadena de valor por iniciativa propia. Dato curioso, estos pioneros y pioneras han tenido numerosos nombres a través de su historia, como hueseros, cartoneros, botelleros, entre otros, y han relevado la importancia de reciclar antes de que esta acción fuera conocida o se crearan empresas para gestionarla. En Chile hay cerca de 60.000 personas (60% mujeres) que realizan la labor de reciclador de base, desarrollando la gestión de residuos domiciliarios y algunos industriales; recolección, separación, acopio y venta de los residuos en forma directa con valorizadores o intermediarios. De hecho, se estima que en algunas comunas son responsables de hasta en el 50% del reciclaje domiciliario.
Sin embargo, no hay que olvidar que el 2020 fue un año muy complejo para estos trabajadores, debido a la pandemia por Covid-19. “Es importante mencionar que los recicladores de base -claves en la cadena del reciclaje- generalmente trabajan de noche, por lo que muchos se vieron afectados directamente en sus labores por el estado de excepción constitucional, el toque de queda y las cuarentenas” señala Felipe Dutilh, gerente general de Typack-Recipet, la mayor recicladora de botellas PET del país, y a su vez fabricante de envases de PET reciclado. “Lo que hicimos en su momento como Recipet fue apoyarlos a mantener su actividad, facilitándoles los permisos necesarios para que pudieran salir a trabajar -tomando todas las medidas sanitarias para hacerlo apropiadamente-, recibiendo todo el PET que recogían y pagando a los pocos días”.
Un hito importante en su reconocimiento es la inclusión de este sector en la Ley REP. Pero por sí solo no es suficiente; se requiere profundizar su inclusión a través de políticas públicas, contar con un catastro nacional y continuar apoyando su certificación. Lo anterior porque los recicladores no sólo deben ser incluidos, sino que su labor debe ser reconocida a través de diversos mecanismos.
Hoy la actividad de los recicladores de base está algo más normalizada, pero es imprescindible que cada uno de nosotros vuelva también a involucrarse en el reciclaje, separando los residuos desde nuestras casas.
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