El aislamiento social, que actualmente enfrentamos producto de la pandemia, está afectando a nuestros hábitos, y a nuestro patrón del sueño. De hecho, así lo demuestran cifras de The Human Data Science Company, IQVIA, donde indican que la compra de hipnóticos o inductores del sueño, el primer semestre de 2020, aumentó un 21% comparado con el mismo periodo del año anterior.
Mismo caso ha visto reflejado el psiquiatra y psicoterapeuta de Clínica INDISA, Matías Amenábar en su consulta; “Muchas personas se quejan de insomnio y de subidas de peso en las consultas psiquiátricas, esto se debe en parte a alteraciones en los cuidados del sueño y en los hábitos alimentarios. También muchas personas están comiendo más pero no por aumento del apetito sino como forma de disminuir ciertas emociones como la ansiedad, angustia y miedo”, aprecia el psiquiatra.
El insomnio, como explica el psiquiatra y psicoterapeuta de Clínica INDISA, “se debe principalmente a que la cuarentena produjo una alteración en la higiene del sueño, es decir, hábitos que antes se mantenían para conciliar el sueño, hoy, producto del teletrabajo y confinamiento fueron modificados y hasta abandonados”.
De hecho, uno de los trastornos más apremiantes en esta época de confinamiento es el del sueño, ya que arrastra con él diversas consecuencias, siendo una de las más graves, la pérdida de la memoria, el cual según explica, Amenábar, “es provocado por una relación entre malos hábitos, pensamientos negativos y la alteración de procesos biológicos naturales –como la respiración– que no permiten que nuestro cuerpo se recupere”. Ya que debido a los ronquidos y la apnea del sueño –cuando la respiración se ve interrumpida y comienza de nuevo varias veces mientras dormimos–, la persona suele despertarse.
Trastornos del sueño
Uno de los trastornos que se genera al dormir es la roncopatía y el sueño. Los roncadores, pueden tener como problema, solo la producción de ruido, y eso causar malestar en el ambiente familiar, o también se pueden generar unos momentos en los que las personas que roncan, dejan de respirar, que se conoce como apnea del sueño.
Ambos trastornos están influenciados, por factores ambientales, como el consumo de medicamentos para dormir, consumo de alcohol y sobrepeso; pero también pueden tener factores estructurales, que faciliten la aparición de estos síntomas.
“Las personas que roncan, y tienen apnea del sueño, tienen la tendencia a despertar cansados, tener cambios en el ánimo por cansancio acumulado, y somnolencia exacerbada en su diario vivir, como quedarse dormidos, viendo televisión, en un semáforo o trabajando, ya que, como tiene una mala calidad del sueño, necesitan estos espacios para descansar de día”, indica Roberto Arias, otorrinolaringólogo de Clínica INDISA.
Ante esto, los Dres. Matías Amenábar y Roberto Arias, entregan recomendaciones para tratar y enfrentar el insomnio:
Sugerencias generales:
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Mantener horarios estables para acostarse y levantarse, calculando las horas de sueño necesarias según edad. “La reducción de las horas de sueño y el dormir más de las horas necesarias nos puede afectar negativamente. Evite quedarse en la cama durante la mañana luego de despertarse” sugiere el psiquiatra de Clínica INDISA.
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Los fines de semana intentar no alterar tanto el horario de levantada, ojalá que sea una diferencia de menos de 2 horas con el horario de levantada habitual.
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Aumentar la exposición a la luz matinal. Abrir las cortinas, o aprovechar de estar frente a la luz en la terraza. Pero con cuidado de exponerse por tiempo prolongado a luz directa del sol. “El recibir luz durante la mañana ayuda a sincronizar tu reloj biológico para el sueño y será más fácil sentir sueño por la noche”, enfatiza el Dr. Amenábar.
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Las actividades más complejas, o de mayor esfuerzo mental es mejor realizarlas por la mañana que al final de la tarde. Por la tarde noche evitar situaciones de estrés.
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Reservar su dormitorio solo para dormir y la actividad sexual. Evitar trabajar, estudiar, jugar en el computador o ver algún tipo de pantalla mientras está en su cama.
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Evitar las siestas, en caso de que tenga mucho sueño, no duerma más de 30 minutos de siesta.
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Establecer una hora de cierre del trabajo, como señal de que el día laboral terminó. Las actividades pendientes se pueden apuntar para disminuir la preocupación por estas.
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Realizar deporte por la mañana puede favorecer un buen sueño por la noche, y no practicar ejercicios físicos intensos en las horas previas a dormir. Este debe realizarse a más tardar a 3 horas antes de la hora de dormir.
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Usar ropa de cama cómoda y acogedora. Es importante también la dureza del colchón y adoptar una buena postura para dormir (evite dormir en decúbito prono, que es la postura boca abajo).
Antes y durante el sueño:
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Diferenciar fatiga de sueño. Aprender a reconocer los signos del sueño (párpados pesados, bostezos, cabeza pesada), en caso de aparecer en el horario habitual de dormir, ir a acostarse.
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Evitar el consumo de alcohol y de estimulantes: café, té, bebidas cola, nicotina, chocolate, vitamina C (naranjas, kiwi, frutillas, limón, arándanos), al menos en las últimas cuatro horas previas a dormir.
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No consumir alimentos altos en grasas, azúcares o con aliños fuertes (picantes) cuatro horas antes de irse a dormir. Lo recomendable es una alimentación saludable y ligera previo al acostarse. Por otro lado, no es conveniente ir a dormir con mucho apetito.
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No automedicarse con fármacos hipnóticos o sustancias (alcohol, cannabis, ciertas hierbas o infusiones que desconozca su mecanismo de acción).
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Intentar lograr el mayor silencio y oscuridad posible para la habitación y con temperatura agradable (18 a 22 grados).
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Evitar ver TV en su dormitorio. En lo posible ubicar el televisor en otro lugar y no ver TV antes de dormir.
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Dejar un tiempo para la relajación previo a la hora de dormir.
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Si durante la noche se despierta y no logra conciliar nuevamente el sueño luego de 20 minutos, levántese y vuelva a acostarse cuando sienta nuevamente los signos de sueño.
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Se recomienda dormir de decúbito supino (boca arriba) o en decúbito lateral (de lado). “La preferencia de estas dos posturas va a depender de su condición de salud. En algunos casos de apnea del sueño es preferible no dormir boca arriba y en ese caso puede ser mejor dormir de lado. Al igual que en casos de reflujo gastroesofágico puede ser preferible dormir sobre el lado izquierdo”, señala el psiquiatra de Clínica INDISA.
Medicina del sueño:
Por otro lado, si a pesar de todas estas recomendaciones, los problemas de dormir empeoran, es necesario acudir a un médico especialista en sueño, ya que es pertinente tomar medidas a tiempo.
Clínica INDISA, cuenta con un Centro de Medicina del Sueño, el que está integrado por un equipo de destacados profesionales de la salud, el que lidera el neurólogo, Dr. Patricio Peirano.
De esta manera, el Centro del Sueño cuenta con un ambiente diseñado especialmente para que los pacientes puedan recibir la mejor atención y conciliar el sueño que necesitan. En este, se controlan los ruidos, la luz y la temperatura, al que se suma una adecuación eléctrica para que elementos externos, no interfieran en el registro de las actividades fisiológicas que se están estudiando en el paciente.
Además, en el Centro, se ha implementado la polisomnografía. Un procedimiento de diagnóstico que permite efectuar diversas funciones durante una noche de sueño. Mediante este procedimiento, se obtiene la información necesaria para saber qué es lo que afecta al buen dormir, para luego entregar un tratamiento adecuado a las distintas alteraciones que presenten los pacientes durante el ciclo de sueño.
De hecho, existen pacientes que tienen factores estructurales, que al ser modificados tras un estudio adecuado, algunos pueden mejorar ostensiblemente su calidad del sueño, considerando que esto se produce en la vía respiratoria superior, el profesional que habitualmente los trata es el Otorrinolaringólogo.
Asimismo, el Centro del Sueño luego de un adecuado y dedicado estudio de cada caso, da la posibilidad de cirugías quirúrgicas para superar estos trastornos.
Así en el área de otorrinolaringología, por ejemplo, algunas de las cirugías comunes, son las correcciones del tabique nasal, resección de las amígdalas, etc. “Sin embargo, hay casos menos frecuentes que se dan en situaciones muy severas, como resecciones de base de lengua con cirugía robótica; en realidad hacemos toda la gama de cirugías necesarias para los roncadores y los pacientes con apnea del sueño”, comenta Paul Boettiger, otorrinolaringólogo de Clínica INDISA.