Por Isabel Palma, gerente comercial Inmobiliaria FG.
El rubro inmobiliario tiene el deber inexorable de mirar hacia adelante, salir del presente cotidiano y confortable para situarse en los posibles escenarios de un futuro cercano, y el impacto que la tecnología y los cambios culturales tendrán en la forma de elegir dónde vivir:
1) Cuidar el tiempo. El valor más relevante es y será el tiempo. Y dado que una parte importante se destina a traslados, se buscará vivir donde la conexión con servicios y el trabajo sea una realidad. Departamentos en centros urbanos dotados de servicios, o bien condominios full conectados a través de transporte público o vías de acceso, serán el must.
2) El tamaño de las viviendas se reduce, porque las familias también se reducen. Según la Encuesta Casen, un 64% de los hogares chilenos está conformado por 3 personas o menos; esto impacta en viviendas con menos dormitorios, por ejemplo, pero en este contexto deberemos proveer espacios para que la comunidad se conecte, por ejemplo, a través de áreas comunes bien logradas.
3) Los espacios se integran. No queremos casas o departamentos divididos, sino espacios abiertos que nos permitan compartir, que sean parte del diario vivir, y no sólo reservado para visitas.
4) Aumentan los adultos mayores. Quienes requerirán viviendas con adaptaciones especiales, como sujetadores en las duchas, más luz, menos escaleras o desniveles, etcétera. Ellos también requerirán otro tipo de servicios cercanos; una clínica, una farmacia o un supermercado pequeño donde hacer las compras.
5) Espacios CO, o destinados a compartir. Podemos minimizar los espacios de nuestra propia vivienda, si contamos con espacios comunes que permitan atender a amigos o invitados; no la fría sala multiuso, sino ambientes que son una extensión de la propia casa.
6) Casas y departamentos eficientes. La elección de una vivienda es fuertemente influenciada de acuerdo al monto de gastos comunes o mantención. Por ende, las empresas deberemos buscar cómo hacer más eficiente su operación, por ejemplo, tornándose más autosustentables en temas de energía, agua, etcétera.